Por José María Franchino Arnaiz. El sábado, en la Cámara de Ezeiza, se llevó a cabo una brillante gala tanguera que en lo músical tuvo como figuras centrales al sexteto de Tito Ferrari, con la voz de Ariel Rey, y la cantante de Raquel Buela.En cuanto a la danza, merece destacarse la actuación de Alfredo Alarcón y Soledad Reyes, que brillaron con entradas de estilo milonguero y canyengue. La pareja fue secundada por Enrique y Gabriela y Sergio y Carolina. Los que amamos el dos por cuatro aplaudimos a este grupo de danzarines que bailó a lo porteño, olvidándose de la acrobática danza para turistas.
La conducción estuvo a cargo de Oscar Del Priore, quien, al igual que el resto de las figuras de la noche, recibió un diploma por parte de la Cámara de su paso por nuestra ciudad.
En la apertura de la velada, Raquel Buela —secundada por Pancho Rodríguez— ofreció un magnífico mini recital con temas como "Una emoción", de Kaplún y Suñé; "Parece mentira", de Manzi y Canaro; "Nada", de Dames y Sanguinetti; "Malena", de Manzi y Demare; y "Corazón al sur", de Eladia Blázquez. Como broche de oro, entonó junto al público el inolvidable "Melodía de arrabal" (entrenado en la película Tango Bar en 1934). Una vez más, Raquel mostró una brillante interpretación, de depurado estilo y un impecable fraseo.
En su turno, el sexteto de Tito Ferrari brindó una ajustada interpretación de tangos instrumentales como "Chiquet melancólico" y "Don Juan", que fue bailado por Alarcón y Soledad con prestancia y gran dominio coreográfico. Siguió con temas como "Organito de la tarde", "Desde el alma", "Danzarín" y, con la voz de Ariel Rey, "Mano a mano" y "Tinta roja", en interpretaciones correctas.
En síntesis, fue una velada alegre en la que la nutrida concurrencia se deleitó con la música de Buenos Aires.
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