Por Marco Millán(*) | Esto No Está Chequeado | Ilustración: Digital Snatch | #FiccionesEzeicenses
Hace unos veinte años, un joven estudiante del Instituto Cultural Tristán Suárez recibió, a modo de préstamo, una guitarra criolla: un instrumento bastante viejo, de sonido metálico y enlatado, y de muy mal aspecto. A Esteban siempre le había fascinado la música, y fue en su adolescencia cuando, además de escuchar los géneros más variados, también se propuso interpretarlos. Un amigo suyo fue el hacedor del préstamo, en un acto cargado de confianza y esperanza.
Esteban aprovechó cada momento disponible para aprender: endureció las yemas de sus dedos, incorporó la matemática del tempo y sufrió con las primeras cejillas del dedo índice de su mano izquierda. Unos meses después, un día de lluvia, devolvió la guitarra a su amigo con la noticia de que ya tenía una propia encargada. Su primera guitarra —acústica, azul y liviana como una nube— lo cambió todo.
La música y Esteban se convirtieron en parte de lo mismo. Muchos instrumentos surgieron después de las guitarras: teclado, bajo, charango, ukelele. Incluso, Esteban comenzó a cantar.
Así fue creciendo una pintura de sí mismo, donde se veía teniendo su propio estudio: una habitación que, viviera donde viviera, estuviese dedicada a los instrumentos y a las canciones.
En la actualidad, el departamento en el que Esteban reside tiene, en efecto, dos habitaciones. Una la había pensado para su pasión artística, pero la realidad y los menesteres de la vida adulta pusieron difícil este sueño.
Pese a que la meta parecía truncarse, se lo podía ver a Esteban en el pequeño balcón de la habitación extra, durante las tardes de tormenta, con su guitarra acústica azul, acompañando la lluvia con afinados acordes, a la espera de algo.
Desde hace poco sabemos que no se trataba de algo, sino de alguien. En dicha pieza ahora duerme su hijo, ajeno a lo vivido por Esteban en la adolescencia, pero esencial para el presente. Hoy, durante las precipitaciones, se los puede ver en el balcón, escuchando juntos la música de la lluvia.
(*)Concurre al Taller de Escritura y Literatura de la Municipalidad de Ezeiza.
Esto No Está Chequeado | Sección no basada en hechos reales | Cualquier semejanza con la realidad es mala puntería | Contacto: ezeizaediciones@yahoo.com.ar
 
